"Quien desprecia a los pobres es como quien maldice a Dios, afirma el libro de los Proverbios. El pobre que no tiene nada con qué defenderse, merece nuestra atención y nuestro aprecio.
"Los pobres, son los Jesús" así afirmó la madre María Oliva, fundadora de las hermanas Hijas de la Iglesia.
La persona que actúa con engreimiento y piensa que es especial, no necesita nuestra admiración, sino más bien nuestra compasión.
TODA PERSONA, NIÑO, JOVEN, ADULTO, POR SU CONDICIÓN DE HIJO/A DE DIOS MERECE RESPETO.
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